martes, 3 de febrero de 2015

hoy fue un día lluvioso



 Hoy fue un día lluvioso, a la mañana, el sol insistente por salir y tomar el lugar, de la envidiosa luna que aun no se quiere ir, sale brillando,como un radiante rubí. Pero las nubes sedientas de poder arrazan completamente con todo el cielo.
  En el desayuno,el capuchino y las tostadas con manteca se lucen en la mesa, aquella que se enfrenta a un ventanal de vidrio que da hacia el balcón. Me siento y contemplo concentrada el cielo gris y el día lluvioso que se encuentra frente a mis ojos, suspiro,me relajo y sigo con el capuchino.
  Las agujas del reloj giran sin piedad, las horas pasan, desfilando sin saludar. Se me ocurre tomar una siesta, ¿Que más da? pues el día se presta.
 De costumbre, cuando menos me doy cuenta son las cinco y media. Me levanto satisfecha y con una sonrisa que acecha.
  No ha dejado de llover, merendé y contemple a mi izquierda a mi hermana mayor estudiando, pues ella el día de mañana frente a la corte a  inocentes quiere defender.
  Ya cene, me duche y me acosté  y por la ventana veo aun que las nubes poderosas no se quieren ir. Con ellas yo me inspiro, a escribir.